Aunque la actividad de las pequeñas empresas comprende otros muchos aspectos, el aumento de las ventas y su consolidación sigue siendo el más relevante
No poseen los recursos y el margen de maniobra de las grandes multinacionales, pero deben cuidar sus actividades como cualquier otra compañía; entre ellas, el marketing. ¿Cómo potenciar esta faceta?
No es un secreto que el leitmotiv de la estrategia empresarial es conseguir clientes y fidelizarlos. Te detallamos un decálogo para que lo consigas.
- Especialízate. Ser expertos en un determinado producto o servicio incidirá positivamente en su calidad y en nuestro posicionamiento en el mercado. Incluso, esto nos beneficiará si queremos subir precios: si ofrecemos el mejor servicio, a nuestros clientes no les importará pagar un poco más.
- Delimita tu target. Si te centras en un consumidor concreto, conocerás a la perfección sus gustos y necesidades, por lo que podrás ofrecerle un producto totalmente adaptado a él.
- Crea una identidad. Darle un estilo propio al negocio o a nuestros productos es fundamental, ya que nos ayudará a diferenciarnos de nuestros competidores y a definir nuestro nicho de mercado.
- Ofrece variedad. Este aspecto no sólo no contradice la especialización, sino que es imprescindible para evitar que nuestros clientes se aburran y opten por otras opciones. De hecho, podemos mantener nuestra especialización adaptando nuestro producto a diferentes situaciones (por ejemplo, si producimos un refresco bajo en calorías, diversificando los sabores).
- Escucha al cliente. Conocer sus opiniones, quejas y peticiones nos ayudará a adaptarnos permanentemente a lo que éstos necesitan. En este ámbito, la figura del community manager es fundamental para gestionar las redes sociales y todos los canales de comunicación (como el buzón de sugerencias). También pueden resultar útiles los estudios de mercado.
- ...y conócelo. Todas las pymes deberían disponer de una base de datos de sus clientes, con sus datos personales y una vía de contacto. Además de brindarnos la posibilidad de dirigirnos a ellos con fines comerciales, también nos puede ayudar a impulsar acciones que favorezcan nuestra imagen (por ejemplo, felicitando a cada cliente por su cumpleaños). Las promociones suelen ser una buena vía de captación de estos datos.
- Detecta necesidades particulares. Cuanto más sepamos acerca de los gustos y hábitos de cada cliente en particular, más posibilidades tendremos de crear un producto adaptado a sus requerimientos. Para ello, la mejor herramienta son las encuestas y los estudios de mercado.
- Usa el testimonio de tus clientes. Un usuario satisfecho es el mejor aval. Siempre que sea posible, esgrime como argumento de venta una opinión favorable por parte de algún cliente.
- Busca recomendaciones. Considerando que nada animará más tus ventas que una recomendanción... ¡anima a tus clientes a ser prescriptores de tu producto! Una actividad promocional que premie esta iniciativa puede ser muy útil.
- Haz un seguimiento de la competencia. Presta atención a las acciones del resto de empresas del sector, así como a la aparición de competidores potenciales. Con esta información, podremos llevar a cabo iniciativas destinadas a garantizar nuestra competitividad.
Fuente: Deusto
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