No voy a volver a hablar de la situación, creo que ya se ha hablado demasiado, pero sin embargo, sí quiero abundar en el motivo del porqué algunos empresarios, algunos directivos, aún no quieren darse cuenta de que sus clientes, aquellos fieles incondicionales que compraban sus productos o adquirían sus servicios sin más, han cambiado su proceso de compra, han modificado sus criterios, sus motivaciones, sus necesidades…
Y yo me pregunto, ¿Han actualizado las prioridades de sus empresas tras este cambio de escenario?.
Sin duda sí existen muy buenas empresas que están atentas a estos cambios, por eso no nos sorprendemos de que, por ejemplo, Starbucks presentó en 2011 los mejores resultados de su historia, con 2.930 millones de dólares de facturación y un incremento de más del 11% de su mejor año, o Apple, con 13.0000 millones de beneficio en el último ejercicio; pero no hace falta que nos vayamos tan lejos, aquí en España tenemos empresas de primera como Lladró, Prosegur, Mercadona, entre otras muchas que han hecho de la crisis, su talismán para crecer y posicionarse como referentes en el mercado.
Entonces, ¿Cuál es el problema?, ¿Qué sucede con esas otras empresas que no se deciden a cambiar?, ¿Tienen miedo al cambio?, ¿Qué les impide adaptarse y buscar alternativas que les permita seguir con su actividad?
Sencillo, pero cierto… MIEDO A LO DESCONOCIDO.
Lamentablemente actuar o no, ya no es una alternativa, sólo estudiando todas las variables del entorno, y trazando un plan, será posible continuar.
El primer paso es “quitarse la venda”, a partir de ahí, confiar en expertos que le enseñen como aprender a comunicarse con su público, comprender qué necesitan y cómo podremos prepararnos para que encuentren en nosotros, en nuestra marca, en nuestros productos, la solución preferente a la que comprar.
Las claves son claras y sencillas: escucha a tú público, obsérvalo e interactúa.
Vicente Garcés – Marketing Manager Global Brand
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